GUÍA DE CUIDADOS Y USO DE LAS PIEZAS
En TANE, trabajamos con materiales y diseños de alta calidad que requieren de cuidados específicos para asegurar su durabilidad, apariencia y estética, ya que la naturaleza del producto hace que sea sensible a diversos factores.
Conoce cómo protegerlos aquí:
Tales como aceites, cosméticos, tinta, disolventes, cloro, desengrasantes, detergentes, líquidos corrosivos, entre otros; estos pueden causar daños irreversibles al metal, piedras, pieles y demás componentes.
Remueve las piezas mientras realizas tareas como limpieza del hogar, deporte, ejercicio, trabajo con químicos, pintura, baños en saunas, jacuzzis o natación en piscinas tratadas con cloro o en agua salada.
Las joyas no deben exponerse a ambientes con condiciones extremas, ya que podría provocar cambios en su apariencia original.
Mantén el producto alejado de fuentes directas de luz y climas muy calurosos o fríos durante periodos prolongados.
La naturaleza del producto hace que sea sensible a los arañazos, rasguños y al desgaste continuado, así como a superficies abrasivas u objetos metálicos que pueden alterar su apariencia original.
Evita cualquier situación que exponga la pieza a golpes, caídas, raspones, tirar de ella, usarla como palanca, calentarla o forzarla.
No se debe mojar la joya a menos que esté especificado que tiene resistencia al agua, ya sea contra salpicaduras o para ser completamente sumergida, para ello, revisa bien las instrucciones antes de usar el producto.
Las joyas sólo deben ser reparadas o recibir mantenimiento en nuestros centros autorizados. Cualquier intervención externa invalidará la garantía del producto.
No intentes reparar, abrir o modificar la joya por cuenta propia.
Un buen cuidado ayuda a mantener el brillo y la belleza de la joya; sin embargo, es vital hacerlo con cuidado y seguir las instrucciones específicas para no causar daños.
Evita limpiar el producto con agua, alcohol, acetona, sustancias corrosivas, geles, ni jabones, aunque estén específicamente diseñados para el material. De ser necesario, frota la mancha con un paño suave, húmedo y no abrasivo.
Guarda el producto relleno de papel de seda y envuelto en su empaque original.